Hay mujeres que dicen:
si mi marido quiere pescar, que pesque
pero que lave el pescado.
Yo no: a cualquier hora de la noche me levanto
ayudo a escamar, abrir, despedazar, salar.
Es tan bueno, sólo nosotros en la cocina
de vez en cuando los codos se resbalan
él dice cosas como "éste fue difícil"
"rebanada de plata en el aire"
y hace el gesto con la mano.
El silencio de cuando nos vimos por primera vez
atraviesa la cocina como un río profundo.
Por fin, con los peces en la fuente,
vamos a dormir.
Cosas plateadas estallan:
somos novios.
(traducción: N.V.)