18.8.09

Raúl Zurita - Los nuevos pueblos

Y era tu cara al borde de estos cielos,
el manto mío de las estrellas.
Al mirar hacia arriba no vi nada
sino tu permanencia, las pinturas
de tu rostro, las derivas de tus antepasados
inundando las altas nubes. Esos son los ríos que se abren.
En otro tiempo fuimos encontrados
y ya vivimos en las primeras células,
en los abismos de los mares
en las primitivas danzas que el asombro
le ofreció al fuego.

Por eso somos ríos que se abren, brazos, cauces
torrentes arrojados de una agua única y primigenia
Nada se diferencia de lo que somos y nada de lo que es está
fuera de nosotros.
Tú resumes las viejas tribus, las cacerías
los primeros valles sembrados
y mi sed recoge en ti toda la sed de
este mundo. No son mitos,
el mito es la mentira:
que sólo existimos una vez,
que cada uno es sólo uno.
Todos viven en ti y tú vives.
Las olas del tiempo inmemorial
y las estrellas.
Oh sí manto mío de las estrellas;
la noche te habla antes de sucumbir
al día, las grandes batallas perdidas,
el pasto de los antiguos clanes y las tribus
remontando por nuestro cursos el corazón
de los caminos del corazón y tus tocadas praderas.