¡Qué tranquilo amanece el Pibe de Oro cuando está de vacaciones! Si hasta la mañana es mucho más fresca con él saliendo de la casa en short de fútbol todo blanco y ojos achinados de sueño. Supongo el olor que debe tener en la piel, abajo del brazo, entre las piernas. Todo sueño. Viene el sol y le da una piel que es una belleza verla, olerla de lejos y, cuando se deja, de cerca. Viene el sol y se encuentra en el camino con el Pibe de Oro y ahí lo moldea, lo pinta, le da ese color y ese color y le da los ojos achinados del sueño, la primera sonrisa del día cuando me ve tirado más allá mirándolo. Tiene los dientes sucios pero para mí que no se los lave, ni entre las piernas ni abajo del brazo. Vayamos directo a la playa, le digo, y en la orilla se saca el short y entra desnudo al mar pero dándome la espalda. Es una cosa maravillosa. Es el Pibe de Oro a la mañana y yo sentado en la arena seca.
(de Increíble)