No es el peso inmóvil
de los árboles, el
interior sin aliento del bosque,
enmarañado de tentaculares
trepadoras, las moscas, reptiles,
los monos eternamente miedosos
chillando y corriendo
por las ramas...
sino
una muchacha esperando
tímida, trigueña, de ojos suaves...
para llevarlo a usted
Arriba, señor.
(traducción de Ernesto Cardenal y José Coronel Urtecho)
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Hace 3 semanas